Reparar las fugas de una piscina sin romper todo es posible

Barcelona tiene un clima ideal para disfrutar de la piscina buena parte del año, pero eso también significa que se usa mucho, se exige al máximo y, como todo, con el tiempo surgen problemas. Uno de los más comunes, y a veces más complicados, es detectar y reparar fugas en piscinas. Lo difícil no es solo encontrar el punto exacto por donde se escapa el agua, sino hacerlo sin desmontar media instalación.

No todo se arregla con cemento y azulejos

Hay una idea bastante extendida de que si una piscina pierde agua, hay que vaciarla y ponerse a picar como si no hubiera otra opción. Pero la realidad es que la mayoría de fugas se pueden detectar y solucionar sin llegar a eso. Existen tecnologías y herramientas que permiten revisar desde el sistema hidráulico hasta la estructura, incluso con la piscina llena.

La ventaja de recurrir a profesionales especializados en reparación de fugas en piscinas en Barcelona es que conocen bien el tipo de construcciones que predominan en la zona y saben por dónde empezar. En urbanizaciones con piscinas antiguas, es habitual que las fugas no estén en el vaso, sino en los conductos que se fueron deteriorando con los años. En piscinas nuevas, en cambio, a veces el problema está en una mala instalación de fábrica.

Detectar antes de demoler

No hay que subestimar lo que se puede hacer con una buena inspección técnica. Con pruebas de presión, cámaras y sistemas de escucha subacuática, se puede localizar la fuga sin abrir todo. Esto ahorra molestias, dinero y tiempo. A veces, el origen de la fuga es tan simple como una junta reseca, una grieta en el skimmer o una boquilla de impulsión mal sellada.

El mayor error que se puede cometer es empezar a reparar sin saber con certeza de dónde proviene la pérdida de agua. No es raro encontrarse con casos en los que se han hecho varias intervenciones en puntos equivocados, simplemente porque no se localizó bien la fuga desde el principio.

Factores que agravan el problema en la costa

En lugares como Barcelona, la humedad ambiental, la salinidad si la piscina está cerca del mar, y el uso intensivo en los meses de calor provocan un desgaste constante. Este desgaste afecta no solo a los materiales visibles, sino también a las zonas ocultas del sistema hidráulico. Tuberías enterradas, filtros, codos y válvulas son más propensos a sufrir pequeñas roturas o desconexiones.

Además, con el paso del tiempo, los movimientos del terreno o las obras cercanas pueden provocar desplazamientos en la estructura de la piscina. Esto, aunque no sea visible, genera microgrietas que terminan por convertirse en fugas difíciles de detectar a simple vista.

El tipo de piscina marca la solución

No todas las piscinas se reparan igual. Una piscina de obra con gresite no requiere los mismos materiales ni técnicas que una de poliéster o una con liner armado. Intentar aplicar un método estándar en todas puede ser un error costoso. Por eso es tan importante contar con expertos que sepan qué tipo de intervención es la adecuada.

En reparación de fugas en piscinas Barcelona, cada vez hay más empresas que se especializan en tipos concretos de piscina y utilizan materiales de última generación, pensados para durar. Esto incluye resinas impermeabilizantes, membranas líquidas o incluso técnicas sin obra que sellan desde el interior sin vaciar ni desmontar.

Reparar sin estropear lo que ya funciona

Una preocupación común entre quienes enfrentan una fuga es que la reparación termine afectando otros elementos de la piscina. Que se rompan baldosas, que el suelo del jardín se levante o que haya que rehacer zonas que estaban bien. Con una intervención bien planificada, esto no tiene por qué pasar.

La clave está en trabajar con equipos que valoren la solución más eficiente, no la más invasiva. A veces, una reparación parcial bien ejecutada basta para devolver la estanqueidad y evitar un gasto mayor. Al final, lo que uno busca es volver a disfrutar de la piscina sin miedo a que el nivel baje cada noche.