Un adolescente de 16 años ha sido sentenciado a seis años de internamiento por la muerte de un vecino en Batea
Un adolescente de 16 años ha sido sentenciado a seis años de internamiento en régimen cerrado por la muerte de un vecino en Batea, a consecuencia de una brutal paliza. La sentencia, emitida por el magistrado del Juzgado de Menores de Tarragona, incluye además dos años de libertad vigilada con asistencia educativa. Este caso se remonta al año pasado, cuando el ahora condenado, en compañía de otro individuo de 19 años, perpetró el homicidio.
La condena también impone una responsabilidad civil, requiriendo al adolescente y a su madre pagar conjuntamente 150,000 euros a cada una de las dos hijas de la víctima.
Los hechos tuvieron lugar el 26 de mayo de 2023, alrededor de las cinco de la tarde, cuando los agresores abordaron a la víctima en la plaza Major de Batea. Tras intimidarlo inicialmente, advirtieron de manera explícita que lo golpearían. Más tarde, alrededor de las nueve de la noche, y después de perseguir a la víctima, la llevaron a una zona boscosa donde la agresión se intensificó.
El ataque, que incluyó golpes con puñetazos y un palo en la cabeza, resultó en lesiones graves. A pesar de que la víctima yacía en el suelo sin posibilidad de defenderse, los agresores continuaron la brutal paliza. Posteriormente, el herido buscó ayuda en la casa de su excuñado, quien llamó a los Mossos d’Esquadra y solicitó una ambulancia.
El agredido fue trasladado al Hospital Comarcal de Móra d’Ebre, presentando un bajo nivel de conciencia y graves lesiones cerebrales. La hemorragia cerebral detectada en el TAC llevó a descartar la intervención quirúrgica. Finalmente, el fallecimiento se produjo el 28 de mayo a las 21:50 horas.
Los agresores, de manera inquietante, grabaron el ataque en video, y días después, el menor exhibió las imágenes a conocidos, riéndose de la agresión. La duración de la grabación era de aproximadamente 50 minutos.
La sentencia se basó en los testimonios de varios testigos, entre ellos la expareja de la víctima y el excuñado, quienes relataron las amenazas previas y el reconocimiento del agredido sobre la identidad de los atacantes. Uno de los testigos clave fue un menor al que le mostraron el video, quien confirmó la brutalidad de la agresión presenciada.