Detenido en Barcelona por prostituir a niños en un piso

Un hombre con un largo historial en prostitución infantil y antecedentes policiales desde al menos 2010 transformó un piso en el centro de Barcelona, que también funcionaba como alojamiento turístico sin licencia, en el núcleo de una red de pederastia. Los Mossos d’Esquadra han identificado hasta ahora a 11 víctimas, de entre 12 y 17 años, la mayoría de ellas varones, y aún buscan a otras 14. Además del presunto líder, de 48 años, han detenido a otros 15 «depredadores sexuales». El inspector Josep Antoni López Garzón, jefe del área de cibercrimen de los Mossos d’Esquadra, destacó que «las víctimas eran captadas en su entorno natural: internet».
La investigación comenzó en 2021 con la denuncia de una niña de 12 años que relató haber tenido relaciones sexuales con adultos en un piso de Barcelona, donde otros menores también eran explotados sexualmente. Esto condujo a la primera detención del principal sospechoso el 9 de junio de 2022, y al registro de su domicilio, donde se incautó material informático. Al analizar este material, los investigadores descubrieron que el sospechoso acumulaba miles de documentos incriminatorios. «De unas 2,000 conversaciones de contenido sexual, encontramos 120 de relevancia policial, incluyendo intercambio de vídeos y perpetración de agresiones sexuales», explicó el caporal David López.
El principal acusado está vinculado a la grabación de 250 vídeos de agresiones sexuales, cometidas por él (al menos 38 vídeos) y por otras personas, entre 2016 y 2022, la mayoría contra varones, aunque también hay dos mujeres entre las víctimas. Los Mossos d’Esquadra están ahora centrados en localizar a los menores, que eran captados a través de redes sociales como Instagram, Facebook y Tinder. «Muchas de estas situaciones se dan en aplicaciones de citas de adultos, donde hay un mercado significativo de prostitución infantil y muy pocas denuncias», lamenta el caporal.
Los agentes encontraron tanto material antiguo como grabaciones recientes que incriminan al sospechoso, quien al parecer operaba al menos desde 2010. En aquel año, fue implicado en un caso de prostitución de menores en Valencia, aunque no se tiene constancia de una condena. «Todo ese conocimiento lo aplicó en Barcelona, convirtiendo el piso en un centro de captación», añade el caporal.
La investigación, bajo la supervisión del juzgado de instrucción 7 de Barcelona, identificó al principal acusado como un operario electricista con trabajo estable, que utilizaba las redes sociales para contactar con otros hombres, ofreciéndoles menores y material pedófilo. Aunque la mayoría de las agresiones ocurrían en el piso de Barcelona, también aprovechaba desplazamientos laborales o vacacionales a lugares como Madrid y Valencia, su ciudad de origen.
«No buscaba un beneficio económico directo, sino una gratificación personal al satisfacer su filia sexual: corromper a menores y dirigir relaciones sexuales grupales», explican los Mossos sobre las motivaciones del principal acusado. Este fue arrestado nuevamente en abril de este año y está en prisión preventiva junto a dos personas más. En su piso, según detallan los Mossos, «se ejercía la prostitución de menores», controlada por él, quien se encargaba de promocionar a los menores, buscar clientes, pactar precios y grabar los encuentros con cámaras ocultas.
Los menores, muchos de ellos en situaciones de vulnerabilidad económica o psicosocial, eran compensados con drogas, dinero u objetos de valor, lo que dificultaba que se vieran a sí mismos como víctimas. Esto ha complicado la investigación, asegura el inspector López Garzón, aunque han logrado obtener la declaración de 10 víctimas y continúan trabajando en identificar a las otras 14 y localizar a más agresores.